me bañé en el Sena, y si, vuelvo con la conclusión:
en todos esos cielos brilla igual nuestra luna llena,
y tú sigues siendo la mejor
Hasta que no cambies, lo nuestro será ciencia ficción.
Hasta que no cambies, no dejaré que pases, hoy no.
Deja de mirarme, no sé cómo lo haces, por Dios.
Pero te mueves bien, lo voy a reconocer
[...]En Londres, Buenos Aires, México,
cada pena y aflicción pueden curarse bailando.
Tango, una ranchera o un charlestón, todo se olvida bailando.
Es como volver a nacer.
Y una raspa de pescado fue el teclado del señor Ciempiés.
Ella ha caido otra vez.
Da igual que no cambies, estamos destinados, tú y yo.'
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