Ven, acércate.
Ven y abrázame.
Vuelve a sonreír, a recordar París,
a ser mi angustia.
Déjame pasar una tarde más.
Dime dónde has ido,
donde esperas en silencio, amigo.
Quiero estar contigo y regalarte mi cariño,
darte un beso y ver tus ojos
disfrutando con los míos hasta siempre,
adiós mi corazón.
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