Alguien de ahí arriba se dio cuenta de la injusticia que yo vivía aquí abajo y decidió poner remedio. Sea lo que sea, es genial que todo vuelva a recobrar algún sentido, y que, ojalá, no sean apariencias. Aún así sigo echándote de menos de vez en cuando, siento que la soledad me invade con fuerza cada día y que, a parte, deseo con empeño no volver a verte, aunque en realidad sé que sí quiero.
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